Comunidades como símbolo de amor

Hay grandes razones para enamorarse del turismo comunitario. Personalmente creo que el simple hecho de vivir orgulloso y feliz dentro de una comunidad se vuelve por si solo un acto de amor puro; Ver belleza en las cosas que para muchos son de lo más simple o cotidiano como el canto de aves por la mañana o la sombra de aquel árbol frente a tu casa simboliza en cierta manera el amor del mundo hacia ti. Si nos detenemos un momento... Observaremos que todo lo que envuelve una comunidad no es más que AMOR.

Desde la tierra y el paladar

Hace algunos años en un recorrido por una comunidad conocí a un hombre de avanzada edad que nos enseñó acerca de los cultivos y las maravillas que podía obtener de sus recursos. Se notaba el amor a su trabajo, en cada una de sus palabras y en sus tierras, el cuidado que le daba a aquel regalo que la naturaleza le otorgaba dentro de su casa.

Terminando, nos invitó a comer una sencilla sopa que remonta de la época prehispánica. Su base principal es el frijol. Aunque es un platillo sencillo, cada sorbo era un sorbo de amor. Aquella pasión con la que había cultivado los ingredientes por meses se sabían dentro del plato. Cada minuto de dedicación que se habían tomado con esmero para preparar y deleitarnos con ello se sentía en nuestro paladar.

Me di cuenta que el amor viene en diferentes envases. Y que aún cuando las personas pueden no conocerte están dispuestas a regalarte de su cariño de diferentes formas, como anécdotas, platillos, canciones, artesanías o incluso sonrisas. Valorarlo y agradecerlo es nuestra única misión, hacer que perdure para no romper con aquel ciclo de AMOR puro.

Desde la unidad

La unión con las personas dentro de una comunidad es algo invaluable. Sin duda, aquel hombre sentía unión con su familia, con sus animales y la tierra.

Entender que todos somos un sistema vivo; que dependemos unos de otros y estamos en esta vida para darnos compañía; el conocer a tus vecinos y sentir seguridad al estar en lugares donde la palabra hogar viene implícita... eso hace a una comunidad.

El servir a otros genera una sensación de bienestar, pues valoras que hacer feliz a los demás induce en tu ser un sentimiento único.

Dentro de una comunidad comprendes que no estás solo, que las personas a tu alrededor comparten objetivos, sueños y metas. Asimilar que mientras más seamos trabajando en ello, más sencillo será conseguirlo.

Amar tus raíces, tus creencias y la cosmovisión del lugar al que perteneces, porque gracias a esto eres la personas que eres y serás la persona que serás, gracias a ello ves el mundo y lo valoras desde una perspectiva propia que encaja con tus actos.

Es por eso que el turismo comunitario te arropa con una magia inexplicable. Te lleva a lugares fantásticos que te hacen conectar con lo esencial, con lo verdaderamente importante, te hace sentir acompañado y en unidad compartiendo momentos pequeños con personas extraordinarias, con grandes vivencia y anécdotas. El turismo comunitario te permite compartir con personas que aman a su tierra y su gente, que saben cómo devolver ese amor a los suyos, a los que los visitan, dejando enseñanzas de manera generacional, cultivando emociones y mil maneras de expresar amor.

Foto: Gentileza Totonal